sábado, 21 de septiembre de 2013

EDICION INICIAL DE CARTA ABIERTA EN EL BOLSON

Muy concurrida reunión en la Biblioteca Sarmiento, con la presencia del Intendente de El Bolsón Ricardo García y numerosos vecinos de El Bolsón, Lago Puelo y El Hoyo. Se tornó intenso el uso de la palabra y el intercambio  de ideas sobre la función que puede cumplir Carta abierta en la Comarca Andina. El texto de la Carta:

   Hace poco más de una década, la Argentina estallaba en la crisis más profunda de su historia como nación independiente. Todos los aspectos de la vida nacional fueron atravesados por el derrumbe, la destrucción y el desaliento. Una crisis de carácter inédito –aunque previsible-  sumió al país en un marasmo que amenazó hasta las raíces de su existencia. El estallido social de diciembre de 2001 puso un durísimo y sangriento límite al derrotero que bajo el signo del neoliberalismo había llevado a un punto de no retorno desde la implantación de la Dictadura en 1976.
La crisis económica, social, política y cultural no fue producto de contingencias azarosas, de desgracias climáticas ni de errores dirigenciales. Fueron políticas deliberadas, proyectadas e instrumentadas en el marco de una nueva coyuntura internacional, y desde las clases dominantes en pos de reconstituir los patrones de acumulación, y de redistribuir la renta nacional a su favor. Al mismo tiempo, y en el marco de las luchas populares que en América Latina signaron las décadas de 1960 y 1970, poner un freno definitivo a través del terrorismo de Estado a las fuerzas progresistas y revolucionarias que intentaban superar las inequidades propias del sistema a través de un cambio profundo en las propias raíces del mismo.
Los gobiernos constitucionales que sucedieron a la más atroz etapa de nuestra historia reciente, no supieron, no pudieron o simplemente no quisieron modificar la matriz implantada violentamente por la dictadura. Más aún, las políticas seguidas por el gobierno electo en 1989, corrigió y aumentó aquella línea desarrollada y en algunos casos esbozada por la administración dictatorial de Martínez de Hoz y de los sectores económicos más concentrados: la desnacionalización de la economía, la destrucción del aparato productivo, la entrega a precio vil de los recursos naturales y energéticos, el desmantelamiento del Estado de bienestar o de lo que quedaba de él, la privatización de los servicios públicos, la conversión de la política en un mero gerenciamiento de los intereses empresariales, el desprecio por la lucha por la memoria y los Derechos Humanos, el entronizamiento de la corrupción como un dato estructural de la realidad.
Como consecuencias inevitables, enormes masas de trabajadores pasaron a engrosar las filas del cuentapropismo y la desocupación, sumiendo a una proporción inusitada de la población en la pobreza y la miseria. La cultura del trabajo fue devaluada, y los propios trabajadores perdieron poder de lucha y negociación por la caída de la masa sindicalizada, y por la directa complicidad de buena parte de la dirigencia gremial con las políticas gubernamentales.
En ese camino, la política perdió su sentido como herramienta válida para transformar realidades, corregir rumbos, ampliar derechos. El poder económico y el poder mediático –que conforman de hecho un mismo poder- pasaron a ocupar el centro de la escena pública, sumiendo a la sociedad en la anomia, la impotencia, la desesperanza y la falta de expectativas de futuro.
   Nuestras provincias, nuestra región y nuestra Comarca no escaparon al derrotero de declinación que describíamos más arriba. A la crisis estructural le sumábamos el aislamiento, las políticas destructoras de las economías regionales y de los recursos naturales, el despojo de tierras a las comunidades originarias y la concentración de las mismas en pocas manos, la desocupación como dato inevitable de la pérdida de fuentes de trabajo.

Diez años a esta parte.
   A partir de la salida institucional de la crisis, que incluyó la masacre policial de Puente Pueyrredón en junio de 2002, el país pareció encaminarse por un proceso cualitativamente diferente: El gobierno de Néstor Kirchner, legalizado en 2003 con un porcentaje muy bajo de votos, buscó su legitimación social y política a partir de un cambio de rumbo, en el que se destacaron la recuperación de los puestos de trabajo, la ampliación de derechos, la reversión de la política de   impunidad para con los represores y asesinos de la última dictadura, el intento de rediscutir la distribución de la riqueza nacional y de recuperar ciertos resortes básicos de decisión económica, la ampliación del mercado interno como vehículo de reactivación de la economía, y la redefinición de la posición internacional de la Argentina a través de la integración latinoamericana.    
En ese rumbo, los sucesivos gobiernos fueron ganando consenso social en amplias capas de la población, sobre todo las más postergadas, así como provocando la reacción de los sectores más concentrados que de una manera u otra ven afectados o amenazados sus intereses, expresados a través del poder de los grandes grupos mediáticos, crecidos a la sombra de la represión dictatorial y las políticas neoliberales. 
Creemos que uno de los mayores logros en este período, es la recuperación de la Política como herramienta de cambio, al mismo tiempo que la resignificación de la idea de Nación, la recuperación de la autoestima como pueblo y como país, la reinstalación de la Solidaridad como valor central, y, fundamentalmente, la puesta en discusión de los problemas de fondo que nos acucian desde hace décadas y desde nuestro propio origen como país.
En este sentido, entendemos como muy valiosas las iniciativas encaminadas a la ampliación de los derechos sociales, la recuperación del patrimonio nacional en materia energética, el mayor acceso a bienes y servicios por capas más amplias de la población, la recuperación de los fondos jubilatorios en el ámbito público, la redefinición del federalismo como base de la nacionalidad, y la reinserción en todo sentido de la Argentina en el marco latinoamericano, enfrentando el Poder de los grandes centros de decisión mundiales. En suma, un cambio en el papel y la naturaleza del Estado en pos de ejercer un franco protagonismo en defensa de los intereses populares.

En la Comarca.
   En el caso específico de Río Negro y El Bolsón, el cambio de signo político con el triunfo electoral del FPV en 2011, abrió la posibilidad de poner en discusión los modelos de distribución de la riqueza y de administración de los recursos a nivel provincial, regional y municipal. Los sucesos de fines de mayo de 2013, en torno al conflicto por la concreción de loteos en tierras vendidas en circunstancias dudosas y cuya resolución está en manos de la Justicia, fueron sólo la parte más visible de una discusión de fondo, en la que estuvieron y están en juego desde la legitimidad del poder popular expresado a través del voto mayoritario, hasta la injerencia de los grupos económicos en las decisiones que afectan a la comunidad comarcal en su conjunto.
Sin embargo, no queda claro a nuestro entender que a nivel provincial se intente direccionar acciones en el sentido de poner en tela de juicio las políticas que nos llevaron a la decadencia y a la concentración del poder económico.

Carta Abierta.
   El espacio Carta Abierta “surgió en marzo de 2008, en defensa del gobierno democrático amenazado por el conflicto suscitado por las patronales agropecuarias, y distinguiéndose siempre por la preservación de la libertad de crítica” (Carta abierta No. 1, Bs.As., 2008).     
Carta Abierta apoya y debate el proyecto nacional y popular iniciado en 2003 en el convencimiento de que es un rumbo que debe profundizarse.
A partir de allí se organiza el espacio en diversas localidades del país adoptando la modalidad de reunirse en asambleas y pronunciarse sobre los problemas nacionales y locales. En las Jornadas del 26 al 29 de mayo de 2013, en las que la continuidad institucional del municipio de El Bolsón se vio en serio riesgo, varios vecinos de la Comarca, convencidos de que había que  fortalecer la continuidad del proyecto nacional y popular en la localidad, nos propusimos formar el espacio Carta Abierta en la Comarca. Se inicia así un proceso de organización con asambleas periódicas, coordinaciones rotativas y la formación de comisiones  que estudien y elaboren documentos sobre distintos aspectos de la realidad. Como espacio de reflexión y discusión, Carta Abierta se pronuncia a través de sus documentos.
Como Carta Abierta de la Comarca, hacemos llegar la voz de un grupo de personas de distintos  ámbitos de la vida cultural, científica e intelectual de nuestra región, manifestando su claro apoyo a las autoridades surgidas de la voluntad popular, así como a las organizaciones sociales y políticas que luchan por la preservación de la tierra y el medio ambiente ante el avance de la especulación inmobiliaria y la depredación sin límites. En este sentido, entendemos a las movilizaciones del 26 y el 29 de mayo como hitos que marcarán la historia comarcal, y que se entroncan en la tradición de lucha de 40 años del pueblo de la Comarca en el camino de ser  protagonista de su propia historia y de  enfrentar a los intereses concentrados que intentan por todos los medios posibles continuar subordinándonos a sus objetivos.
Al mismo tiempo, llamamos a la discusión amplia de los problemas que nos afectan y de las posibles soluciones, así como la apertura de debates sobre temas cruciales como la preservación de bosques, ríos y lagos, la minería a cielo abierto, el despojo de territorios a los pueblos originarios, la tenencia de la tierra y la explotación de los recursos naturales, la planificación urbana y territorial, el déficit de vivienda, la defensa de la soberanía alimentaria, entre otros.  Discusión en el ejercicio pleno de una Democracia con mayor contenido, en la convicción de que la batalla de ideas, la lucha en el terreno cultural, es el escenario en el que se resolverán nuestros grandes dilemas como sociedad.
Es a partir de ahí que podremos seguir avanzando en un camino por una Comarca mejor y una provincia y un país más justos, en el ejercicio pleno de la Soberanía.  

El Bolsón, Setiembre de 2013